11/6/13

Je me souviens XXVIII

271.
Me acuerdo de que una vez me acusaron injustamente de haber volcado un bote de pintura en la guardería.

272.
Me acuerdo de que mi guardería se llamaba Snoopy.

273.
Me acuerdo de que mi madre me obligó a comerme un frankfurt, y acabé vomitando.

274.
Me acuerdo de que cuando comíamos melón, mi padre cortaba el culo y me lo pegaba en la frente.

275.
Me acuerdo de cuando las sandías tenían pepitas.

276.
Me acuerdo de mi madre, a lo lejos, cargada con bolsas de la compra.

277.
Me acuerdo de lo refrescante que era en verano cruzar las puertas de El Corte Inglés.

278.
Me acuerdo del día que descubrí que los bolígrafos Bic refractan la luz.

279.
Me acuerdo de que había un lago artificial con peces en Comarruga.

280.
Me acuerdo de que me costó mucho aprender a hacer los nudos de los zapatos.

5/6/13

Microrrelato publicado en una antología

El colectivo Miguel J. Peláez, de Zafra, publicará uno de mis textos en una antología con los 55 microrrelatos finalistas del primer concurso literario convocado por esta asociación cultural. Se presentaron al certamen 1.832 relatos del mundo entero. Ahí es nada.

FAMA
Quizá esté mal juzgarle porque quién soy yo para juzgar a nadie, pero lo cierto es que el sujeto en cuestión no tenía nada especial. Carecía de todo interés. Tal cual suena. Los hombres le ignoraban. Las mujeres, aún más. Ni siquiera era de esos que generan odio o repulsión, simplemente pasaba desapercibido. Y a pesar de todo, el tipo logró un día interesar a todo el mundo. Se hablaba de él en universidades y hasta aparecía en camisetas y ridículos souvenirs. Y todo porque alguien con un cepillo sacó a relucir su cráneo de entre el polvo un millón de años después de que el infeliz se ahogara en la orilla de un lago cuando fue a beber.