29/4/14

21/4/14

Lista de cosas que había en casi todas las casas hace 25 años y que ya no hay en casi ninguna I

1.Un equipo de música con radio, tocadiscos y doble pletina, integrado en un mueble con espacio para:

2.Una colección de discos de Ópera y/o Bandas Sonoras.

3.Un curso de idiomas coleccionable por fascículos (normalmente incabado).

4.Una radio-despertador.

5.Una máquina de escribir (eléctrica, en el mejor de los casos).

6.Una edición (como mínimo) de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (a menudo virgen).

7.Una edición de Rayuela (cuya obsesiva lectura se reducía al prólogo).

8.Una edición de La colmena (regalada por alguna caja de ahorros o periódico).

9.Un periódico. O incluso varios.

10.Una enciclopedia.

11.Una chaqueta de ante.

12.Un bolso de ante.

13.Unos zapatos náuticos.

14.Un cenicero robado en algún bar (los de Cinzano eran una pieza básica en la colección).

15.Una copa de cerveza robada en un algún bar.

16.Un encendedor zippo.

17.Una caja de cerillas.

18.Un juego de servilletas de tela (preferiblemenente de cuadros).

19.Un trivial.

20.Una guitarra (no necesariamente con todas las cuerdas).

21.Una botella de anís.

22.Una pluma estilográfica.

23.Folios pre-A4.

24.Un paragüero (a ser posible, dorado).

25.Un teléfono alámbrico.

16/4/14

Correo no deseado.

http://instruccionespararevoluciones.tumblr.com/post/82879594697/correo-no-deseado


La valla.


Hemos recorrido miles de kilómetros. La mayor parte a pie. Podríamos haber muerto en el desierto, perdidos y deshidratados. A muchos les ha ocurrido. Ahora pasamos frío, se hace difícil dormir por las noches, cubiertos únicamente por un plástico y con las tripas revolviéndose en busca de una postura que haga el hambre más soportable. Cuando llueve, no tenemos más opción que mojarnos y tiritar, pero nos consolamos contándonos nuestros proyectos, nuestros sueños. No se me escapa el hecho de que, mientras hablamos, el agua nos resbala por la cara, por el cuerpo, y termina formando un barrizal a nuestros pies. 

Creo que saltaré mañana, es mejor hacerlo cuando aún me siento fuerte. Hay riesgo, claro. Puedo terminar malherido o muerto, pero ya no hay vuelta atrás. ¿Cómo podría regresar a mi pueblo sin nada? Cuando vuelva, lo haré con ropa elegante, un trabajo, y regalos para todos, no más delgado y triste y harapiento. 

Circulan rumores. Se dice que al otro lado de la valla no está el paraíso con el que soñamos. Que la gente duerme en la calle, que pasa hambre, que no tiene trabajo. Pero si eso es así, ¿por qué hay una valla cada vez más alta? ¿Y por qué no saltan ellos a este lado?