Truco

Los guionistas suelen ir a lo fácil. Si una historia no avanza y se vuelve monótona, lo mejor es añadir algún personaje estrambótico. En la tragicomedia surrealista El Procès, ese personaje se llama Quim Torra.

Pies

De niño me fascinaban las películas de temática bíblica, pero antes o después siempre aparecía una imagen que me producía simultáneamente repulsión y una risita nerviosa: la de la gente tocando, besando, lavando y acariciando los pies de los demás. Para mí era tan escandaloso como imaginar a los apóstoles levantándole la túnica a Jesús para besarle el culo.

Parra

Muere Nicanor Parra y no puedo evitar una secreta alegría: quizá sirva para que en España se edite su obra como es debido.

Woody

Creo que era un policía de 2666, de Bolaño, quien señalaba una ausencia llamativa en las películas de Woody Allen: la de los negros. Allen lleva cuatro décadas haciendo una película por año y en ninguna, que yo recuerde, aparece jamás un negro. Menos aún como protagonista o secundario. Eso demostraba, según el policía, que Woody Allen era un progre solo de fachada, y que en realidad escondía a un racista de pura cepa en su interior.

Yo siempre percibí otra ausencia: la de los niños. ¿Cómo es posible que un tipo que está constantemente hablando del amor y contando la vida de cientos de parejas no muestre a alguna que tenga hijos, aunque sea uno chiquitito? Di por sentado que era porque no le interesaban, porque sus historias suelen limitarse a la fase de enamoramiento. Ahora, tristemente, resulta que puede deberse a que los niños le interesaban demasiado, y no quería delatarse.