1/2/21

Reincidencia

Hacía mucho tiempo que no robaba nada, puede que décadas, pero el otro día fui al Lidl con prisa y prescindí de carro o de cesta para ir más rápido y, también, para contener el impulso de compra, que debía limitarse quisiera o no a lo que eran capaces de abarcar mis brazos. Sin embargo, de camino a la caja, al ver que peligraban las botellas de vino y el frasco de miel, pues cargaba además con una colección de tuppers, una barra de pan, uno gofres holandeses y unas tabletas de chocolate, opté por guardarme estas últimas en el bolsillo trasero del pantalón. Solo recordé que seguían ahí al cruzar el arco de salida y oír la alarma, pero ya era demasiado tarde, y seguí, seguí caminando con mi formidable botín,  mis dos lingotes de chocolate con almendras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario