4/6/20

CORONAVIRUS, la serie. Episodio 2x09

A finales de mayo, sigue muriendo gente, pero a estas alturas importan más las fases que las fosas. Se pregunta el señor si el objetivo de la batalla contra el virus no sería el mismo que el del desembarco de Normandía: tomar una playa. Pues solo se habla ya de si nos bañaremos por turnos, de a qué distancia se colocarán las toallas y de si estarán abiertos los chiringuitos.

El señor ve en la tele a un agente de viajes de El Corte Inglés que afirma ser el presidente del gobierno animando a todos los españoles a disfrutar en verano de la belleza paisajística, y la riqueza cultural y gastronómica de este gran país. En la misma comparecencia, se anuncia un luto oficial de 10 días, el más largo de la democracia, dicen, y en opinión del señor, posiblemente el más apresurado. Se trata de un homenaje a las víctimas del coronavirus cuando todavía no ha terminado la pandemia. Al señor le daría mucha rabia morirse de covid-19 después de finalizado el luto oficial. ¿Podría acogerse a él retroactivamente? Por otro lado quizá no es mala idea celebrar incluso los funerales de manera anticipada, y así se los quita uno ya de encima. El señor se da cuenta de que las prisas obedecen al único objetivo de evitar que se junte lo de enterrar muertos con lo de hacer castillos de arena.

Por supuesto, el señor y su familia no van a entrar en ese juego, así que se decantan por pasar las vacaciones en la montaña. Lamentablemente no son los únicos con unos inquebrantables valores morales, y la ocupación en apartamentos del Pirineo sobrepasa ya el 90%. Habrá que estar al tanto estos días, se dice el señor.

Se inicia la desescalada, aunque en muchas calles, bien podría llamársela desfase: colas en las terrazas, picnics en los jardines, bandas de niños chutando pelotas, impulsando patinetes, empapándose con los aspersores, y hordas de neo-runners esquivando ancianos como en una carrera de obstáculos. Es como un after a las 8 de la mañana. Nadie piensa en la resaca.

El señor cataloga mentalmente los variados usos de la mascarilla:

1-Sujeta-papadas (el más extendido).

2-Diadema.

3-Pendiente (colgando de una sola oreja).

4-Collar (el portador recuerda a un san bernardo).

5-Bolsito de mano (podría terminar siendo un complemento de fiesta).

6-Pulsera.

7-Codera.

8-Collejera (para proteger la colleja del sol).

9- Filtro para observar eclipses (propina imaginada por el señor).

10-Tanga (otra propina).

El señor, naturalmente, lleva siempre mascarilla. A veces incluso se la saca del bolsillo y se la planta en el rostro. Es una mascarilla deportiva con una eficacia contra el virus del 100% gracias a una innovadora tecnología que impide al ser humano tanto inhalar como exhalar. No digamos ya hablar. Las primeras conversaciones en vivo con amigos y familiares no son mucho más sofisticadas que las de unos cavernícolas. Sin embargo, parece que se ve la luz al final del túnel, la alegría se expande, la vida se abre camino. Y al contrario de lo que pueda parecer, el señor está bastante a favor de la luz, la vida y la alegría. Al menos en principio.

Sí, qué demonios, el señor se siente incluso atravesado por el optimismo cuando Madrid pasa de pantalla y puede por fin ir a correr a la Casa de Campo. Pero entonces, a la mañana siguiente, mientras planifica con naturalidad el próximo encuentro, recibe una llamada telefónica de su mujer. Le han hecho la prueba en el trabajo y el resultado es positivo.


Madrid: fase 1.

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