22/1/20

3. El cartel

Un viejo y una vieja suben al autobús, que se ha visto obligado a variar ligeramente su ruta por culpa de un árbol caído en mitad de una calle. El viejo y la vieja suben riendo y quejándose, imagino que porque quejarse les hace felices. Hace frío, hace viento. Su autobús se ha detenido en un lugar distinto al habitual, cien metros más allá. Casi sienten como si hubieran entrado al vehículo en marcha. Y lo peor: en la parada no había ningún cartel informando de este cambio. Pues lleva el árbol caído desde las 9 de la mañana y aún no hay ningún cartel. Sí, hombre, ha dicho el viejo, ahí estaba el alcalde informando a todo el mundo, ocurrencia que ha hecho reír a medio autobús. Bueno, tampoco habría venido la Carmena, ha puntualizado el conductor allá delante. No, no, ninguno. Pues dicen que no van a recoger el árbol hasta por la tarde, ha comentado alguien. ¡Uy, encima!, risas nerviosas. La vieja no ha parado hasta que el conductor se ha comunicado con la central para informar de que no había ningún cartel. Es que los carteles se ponen cuando el cambio de ruta es programado, no por un incidente puntual. Lo he intentado, ha dicho el conductor al retrovisor. Uy, pues a ver luego para volver cómo hago. Usted dónde va, le ha preguntado al viejo, ¿al médico? Me ha pàrecido que era mucho suponer, pero resulta que acertó (dónde va a ir un viejo si no). Había tal sintonía que yo ya apostaba a que de ahí surgiría una historia de amor. Me pregunto cuánta gente tendrá que escuchar hoy de boca de estos viejos la historia del cartel que no estaba allí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario