6/3/12

Los siete magníficos

Avanzan muy despacio, a cámara lenta, como si sospecharan que la Historia les vigila de cerca, y que un día se hablará de ese momento, de cada uno de sus pasos hacia la lejana línea del horizonte. Avanzan hombro con hombro en perfecta formación, dejando entre ellos el espacio justo para no tropezarse unos con otros, para no enturbiar la épica de sus movimientos individuales. Avanzan como un solo ser, indivisible e indestructible, como si el tiempo y el espacio les pertenecieran, y, por más que lo intento, con gestos entrecortados cada vez más angustiosos, no encuentro la manera de adelantarles y seguir mi camino. La acera es suya.

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