27/6/12

Retraso

El 21 de junio de 2012 a las 18:00 (hora española) Twitter sufrió un fallo en cascada en sus servidores.

Durante más de hora y media nadie en el mundo pudo hacer un tuit.

Nadie.

Casi lo habíamos logrado.

Casi habíamos conseguido sujetar el tiempo, evitar que se nos resbalara constantemente de entre los dedos.

Parecía que íbamos a poder mantenernos siempre en equilibrio en el delgado filo del presente.

Cada segundo que lográbamos seguir en pie nos hacía sentir más intrépidos y audaces.

Pero ahora sabemos que ese equilibrio era  inestable y precario.

Y que nos hacía parecer a todos unos pésimos imitadores de Chiquito de la Calzada.

Se ha ido todo al carajo.

Esa hora y media sin Twitter es un abismo que engulle los tuits que lo rodean. Es un agujero negro.

Podemos fingir que no ha pasado nada, pero ya nunca estaremos realmente a la última.

Los primeros tuits tras el apagón a la fuerza tuvieron que tratar de explicar ese vacío. Y al explicar el pasado se les negaba el presente.

Ya nunca nos pondremos al día.

Ya estamos condenados a tratar de rellenar lo que queda detrás, ese pasado inmediato, para toda la eternidad.

Eso es lo que creo.

O eso creía, al menos, hace una hora y media.


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