5/6/12

Cha-cha-cha-cha-changes

Cuando cierro el grifo de la ducha, cojo la toalla y, sin salir aún de la bañera, me seco en primer lugar la cara, luego el resto de la cabeza. Después, el hombro y el brazo izquierdos hasta llegar a la mano, y regreso por el lado interior hasta llegar a la axila. Acto seguido, repito los mismos gestos simétricamente opuestos. A continuación me coloco la toalla por detrás, a modo de capa, y me seco la espalda y el torso. Siempre frotando con brío, dejo que la toalla vaya resbalando hacia abajo, y me seco bien los muslos, las nalgas y la entrepierna. Luego doblo en el aire la pierna izquierda y la voy recorriendo hasta los dedos del pie, que una vez seco, poso ya en el suelo, fuera de la bañera. Finalmente, apoyando el peso en esa pierna, mantengo suspendida la derecha, y la seco en equilibrio terminando también en el pie. Por fin, acabo en la esterilla que hay junto a la bañera y alzo los brazos como un gimnasta ruso tras un ejercicio perfecto.  Así es como me seco desde hace años; tantos, que no recuerdo haberme secado jamás de otra manera. Y, sin embargo, algo falló ayer en la secuencia que me hizo perder el hilo y mi liturgia de secado estalló en mil pedazos. Improvisé como pude, por supuesto, y terminé igualmente seco, que es lo que cuenta, pero faltaron dominio, precisión, gracilidad. Y sobraron torpeza,  movimientos inseguros llenos de duda. Era como si ya no supiera secarme.

El incidente con la toalla me llevó a pensar en las rutinas, en las dinámicas, en las tradiciones, y en la posibilidad de cambiarlas por otras nuevas, o cambiarlas sin más, en un alarde imposible de innovación constante. Y en teoría es posible cambiar: nuestras actitudes, nuestras opiniones, nuestra conducta, nuestra forma de relacionarnos con los demás. Siempre había estado convencido de ello (con una certeza, todo hay que decirlo, que apestaba a dogmatismo postmoderno). Y sí, en principio es posible cambiar todo eso, incluso cambiar el mundo. Pero hagan el experimento, prueben un día a secarse de una manera distinta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario